Los implantes dentales y el tabaco
Los implantes dentales permiten a los pacientes recuperar la función masticatoria y la estética de una o varias piezas dentales. Son esas pequeñas fijaciones de titanio, que una vez colocadas en el hueso, consiguen formar una unión sólida entre ambos y provocar el crecimiento del hueso maxilar sobre la prótesis artificial.
La cirugía de implantes dentales es una solución con la que restablecer la falta de dientes, de resultados altamente fiables y con larga duración. Según datos de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) el 98% de los implantes dentales resultan osteointegrados de manera satisfactoria.
Efectos del tabaco en los implantes dentales
El daño que provoca un mal hábito como el tabaco en nuestra boca va más allá de la aparición de manchas en los dientes, el mal aliento o un efecto nocivo en las encías, también aumenta considerablemente la probabilidad de pérdida de piezas dentales y la aparición del cáncer oral.
Cada vez que damos una calada a un cigarrillo introducimos en nuestro cuerpo más de 4.000 sustancias tóxicas y carcinógenas. Todos estos componentes del tabaco, al introducirse en la sangre provocan varios efectos que pueden llevar al fracaso un tratamiento con implantes dentales:
El tabaco dificulta la osteointegración: La acción del tabaco dificulta la unión entre el implante y el hueso de los maxilares y será más lenta, más endeble y aumenta la posibilidad de fracasar.
Ralentiza la cicatrización: La mínima cirugía en la zona de la encía que implica la colocación de unos implantes dentales, tiene una cicatrización inherente posterior. En pacientes fumadores suele ser más lenta de lo común, puesto que la nicotina afecta a los tejidos naturales que nuestro organismo genera durante este proceso.
Genera infecciones: El consumo de tabaco provoca con asiduidad la infección de la zona operada. Merma la capacidad defensiva del organismo ante posibles agresiones microbianas, bacterianas o infecciosas. Así mismo, provoca perturbaciones en la cantidad de riego sanguíneo en el hueso, la encía y las mucosas que lo rodean.
Provoca pigmentaciones dentales: Cuando llevamos unos implantes dentales, la típica coloración de los dientes que provoca el consumo de tabaco, se torna más acusada y aparecen manchas amarillentas y amarronadas con mayor facilidad e importancia sobre los implantes.
Mayor acumulación de placa: El tabaco favorece la acumulación de placa, por lo que insta a la aparición de una enfermedad periodontal.
Interfiere en la salud general de los implantes: El tabaco puede provocar enfermedades periimplantales como la inflamación de los tejidos que recubren la prótesis y definitivamente, poner en peligro el tratamiento.
Que debemos hacer
Obviamente, lo ideal sería dejar aparcado el hábito de fumar de manera permanente. En el caso de que los pacientes no se sientan capaces de hacerlo, como mínimo se recomienda una pausa que empiece dos semanas antes de la intervención y que dure hasta 8 semanas después. De esta forma lograremos favorecer la integración del implante.
Son una larga lista los riesgos que se desprenden de la combinación del tabaco y los implantes dentales. Por lo que no podemos hacer otra cosa que recomendar a nuestros pacientes, que dejen este hábito cuanto antes. Sin embargo, si eres fumador y necesitas un implante dental, pide tu cita y te asesoraremos para reducir todos estos riesgos y conseguir que la integración de tus implantes con el hueso sea exitosa.
Soy el doctor Gonzalo Riaza, Doctor en Odontología por la universidad de Barcelona. A continuación, he llevado a cabo el postgrado en cirugía Oral en el hospital Gral. Universitario Gregorio Marañón en el año 1994. Llevo dedicándome más de 25 años al campo de la Odontología Mínimamente Invasiva. Me gusta estudiar cada caso de manera personalizada ayudándome de la tecnología más avanzada para poder ofrecer el diagnóstico más preciso y un óptimo resultado.